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La calefacción con arena utiliza la capacidad del grano para almacenar calor y liberarlo cuando se necesita, transformando el excedente de energía renovable en calor aprovechable. Aunque la idea de acumular calor en materiales como la arena tiene raíces antiguas, la aplicación moderna surge de desarrollos recientes, especialmente en Finlandia, donde se han construido las primeras baterías térmicas de arena.

Innovación con raíces ancestrales

Aunque las civilizaciones antiguas usaban materiales de masa térmica para conservar el calor, la tecnología actual adapta el concepto mediante silos de acero llenos de arena. En Finlandia, se instaló un silo de 7 metros que almacena hasta 8 MWh de energía calentando la arena a unos 500-600 ºC. Este sistema se carga con energía solar o excedentes eólicos y libera calor de forma gradual para alimentar redes de calefacción urbanas. La clave es la simplicidad: la arena es barata, abundante y dura casi indefinidamente sin necesidad de mantenimiento complejo.

Aplicaciones y perspectivas internacionales

En Finlandia ya se operan sistemas que abastecen a comunidades y edificios, y se planean proyectos mayores, como una batería de 1 MW que almacenará 100 MWh para reducir drásticamente el uso de combustibles fósiles. Además, en países como China se exploran sistemas residenciales que combinan arena y bombas de calor para mantener temperaturas agradables en hogares, aprovechando la energía solar incluso en días nublados.

Situación y futuro en España

En España aún no se ha implementado una batería de arena a escala comercial. Sin embargo, dada la fuerte producción de energía solar y eólica, este sistema podría ser una solución para almacenar excedentes y proporcionar calefacción sostenible en redes comunitarias. Empresas y centros de investigación ya observan con interés esta tecnología, que podría pilotarse en el país en los próximos 5 a 10 años.

Comparativa con otros sistemas

– Aerotermia: Alta eficiencia instantánea mediante bombas de calor, pero sin capacidad de almacenamiento prolongado.

– Pellets: Menor inversión inicial para aplicaciones individuales, pero requieren suministro continuo y generan residuos.

– Geotermia: Muy eficiente y capaz de refrigerar, aunque con altos costes de instalación y sin la función de acumulación a gran escala.

 

La batería de arena no compite directamente en eficiencia inmediata, sino que complementa estos sistemas al almacenar grandes cantidades de calor de forma pasiva, reduciendo la dependencia de combustibles fósiles y permitiendo una gestión óptima de la energía renovable.

La calefacción con arena es una tecnología emergente con el potencial de transformar la manera en que almacenamos y usamos el calor en nuestras ciudades. Con sus raíces en prácticas antiguas y una visión moderna, ofrece ventajas en sostenibilidad, ahorro y durabilidad.

 

En España, la integración de esta tecnología podría representar una solución innovadora para aprovechar mejor las energías renovables, estabilizar el suministro y reducir costes. En Celorrio Carrion estamos pendientes de los últimos avances y novedades del sector, comprometidos con la búsqueda de tecnologías que contribuyan a un futuro energético más limpio y económico. Contacta con nosotros y te explicamos todas las posibilidades. ¡Hasta la próxima!